Sábado 11 de Diciembre de 2010


Paebyt 2010



Lugar de encuentro y aprendizaje.
Paebyt 2010


Eli, maestra y bailarina.



Paebyt, Programa de Alfabetización, Educación Básica y Trabajo. CEC Ramón Carrillo






Laura, en una mañana del paebyt en el Carrillo

Los profes del Paebyt
Juli, una parte importante del Centro.

La Radio el Jueves a la tarde


En este 2010 arrancó un nuevo programa para la tarde de los jueves. Guadalupe, Cecilia y los chicos de apoyo escolar del turno tarde cuelgan en este blog " La lluvia, el arroz y la zorra"
Lo encontrás en el reproductor de MP3 bajando por este sitio con la ruedita del ratón ( ? ) en fin, digamos...
Muy buenoooo !!!!!!!!!!

Club de Ciencias


Todos los martes Pato y Marcela se encuentran con los chicos en el Club de Ciencias














Fabricando pasta de dientes... y a lavarse !!!

Club de Ciencias ... los martes en el Carrillo

Llegando a fin de año

Noviembre 2010
El Blog del Carrillo se va cargando de materiales, imágenes y audios. Más abajo vás encontrar el archivo con todo lo que fuimos generando para este espacio desde Marzo 2009.

Te invitamos a recorrerlo.

El radio es la zona; la integración es el proyecto.
En ese radio nos movemos.
Gracias por la comunicación

Sábados en Radio Integracion. Club de jóvenes.







"Radioactivo", el grupo de chicos y chicas del Barrio Fátima en el aire. Sábados de 16:00 a 17:00 hs



Jonathan, de las calles de Barracas a la operación técnica de los sábados
Mucha radio el sábado la tarde, con los chicos del programa "Por Nosotros"; "Radioactivo", conducido por los chicos y chicas del Barrio Fátima, junto a los pibes del Carrillo que participan en la emisora.








Club de Jóvenes. CEC "Ramón Carrillo"






Con renovado éxito se realizó el segundo Torneo de Ajedrez Noviembre 2010 organizado por el Club de Jóvenes del CEC. "Ramón Carrillo".
Veintisiete Jugadores se dieron cita para este nuevo encuentro. Participaron chicos y jóvenes del Carrillo y barrios vecinos.











Radio Integracion, de viaje por el país.

Programa nacional de Extensión Educativa. Ministerio de Educación de la Nación. Encuentro Pcial. CAJ. San Juan, Octubre 2010.

Radio Integración, de viaje por el país

Presentación del Proyecto Radio Integracion en el Programa Nacional de Extensión Educativa. Ministerio de Educación de la Nación. San Juan, Encuentro Provincial CAJ. Octubre 2010.

Radio Integracion. "La Biblio y Las Brujas" "Escuchándonos", "La Boina de Sócrates" (Reggeae de Piletones) y el refrito de "Viviendo el Mundial"


Del Warnes al Carrillo. En este primer programa los compañeros de "Escuchándonos" nos acercan el testimonio de Silvia , vecina del barrio que nos cuenta la historia de las familias que habitaban el Albergue Warnes hasta su traslado al Carrillo

El Albergue Warnes originariamente iba a constituirse en un importante Centro de Salud emplazado entre las calles Warnes y Chorroarin de la ciudad de Buenos Aires. El Golpe de Estado del año 1955 determinó la paralización de esta obra. Con el tiempo numerosas familias que buscaban un lugar donde vivir comenzaron a habitarlo dando así lugar a esta historia. Exactamente hace 20 años el Warnes fue demolido con explosivos y sus habitantes trasladados a lo que hoy es el Barrio Ramón Carrillo en Villa Soldati. Gran cantidad de vecinos carrillenses fueron los protagonistas de esta historia. Muchos que hoy son los jóvenes del barrio, nacieron en el Warnes.


A esta propuesta se suma la visita de los chicos de "La Boina de Sócrates", para acercarnos el Reggeae que suena en Piletones, en este caso tocando en vivo en la radio. Tambien presentamos un nuevo segmento del programa radial de la Biblioteca del CEC, estrenando los primeros capítulos de "El País de las Brujas".

Y por último, el esperado refrito con algunos momentos desopilantes de "Viviendo el mundial" una de la propuestas de Radio Integracion para este 2010. Sergio, Ricky, Martin, Laura y Queso viviendo el mundial entre pulpos y cornetas.

Nuevos micros radiales

Estás escuchando Radio Integracion 89.3 mhz desde el Barrio Ramón Carrillo, Villa Soldati.

Gonzalo "Alrededor del mundo"

"Sudestada de Risas" y su Programa de Educación ambiental

"Mirando hacia el futuro", el programa del Cesac 24 en su versión 2010.

"Los Hermanos en invierno", de visita por la radio.

Para escuchar y compartir...
En breve habrá más estrenos

Lo que no se ve por la radio.


“Un saludo para mi papá que está en el sur…” (Rocío, cada martes)

Desde que contamos con la radio en el CEC, hubo muchas invitaciones a participar desde la biblioteca en ese espacio. Pero por distintas razones, hasta este año nunca había asumido personalmente esa invitación.
Si uno lo piensa apurado, pareciera sencillo: “no cuesta nada, agarrás un libro, vas y leés”. Pareciera simple: chicos que quieran leer, libros y espacio radial. Pero esos son los “ingredientes” nada más…y una torta no es harina, huevos y azúcar. De nada sirven esos ingredientes si no se cocinan, no?
Tal vez por eso todavía no me había sumado a la propuesta de la radio. Por andar en otro montón de cosas, sin haber hecho pata ancha antes de subir la escalerita hacia el estudio, para abrir una ventana de literatura en el aire de FM Integración.
Así que este año, tomamos envión antes de que la marea suba, antes de llenarnos de otras actividades y proyectos y empezamos a participar en un espacio radial pensado desde la biblio.
El primer paso fue leer algunos de los textos de literatura infantil prohibidos por la última dictadura, en ocasión del Día de la Memoria. A la distancia, reconozco que aquella vez estuvo demasiado centrada en mi propia lectura, con apenas algunos comentarios de los chicos. Pero sin duda, fue el botón de muestra de lo que podía venir y dejó entusiasmados a varios chicos con la idea de poder leer en la radio.
Enseguida pusimos el acento en la regularidad de la participación, definiendo que los martes a las 13:30 nos encontraríamos allí. Y esto no significa privilegiar la forma sobre el contenido o la estructura sobre la sustancia. Sino que entendemos que para promover la participación de los chicos también hacen falta ciertas convenciones sostenidas. No es lo mismo saber que los martes a las 13:30 los esperamos, que andar persiguiendo días y horarios azarosos que más bien llevan al desencuentro y desalientan.
Otra cuestión convenida fue el modo de participación: para leer en la radio hay que haber preparado antes la lectura. Y no se trata de un capricho o una exigencia sin sentido. Todo lo contrario: justamente “tiene sentido” practicar lo que se va a leer para otros, para ganar confianza, soltura, y hacerlo entendible. ¿Qué ocasión más genuina, que practicar la lectura en voz alta para leer en la radio? Sin duda resulta más estimulante que leer en voz alta únicamente para ser evaluado en la escuela. Muchas veces, esas prácticas tienen más de autómatas que de significativas. Encima, si a uno le cuesta leer bien en voz alta, la situación de lectura se sufre, disgusta, preocupa, alimenta la sensación de no saber o no querer leer.
Por eso puede ser tan valioso habilitar otras situaciones donde la lectura en voz alta sea un desafío, implique un esfuerzo, pero que a la vez no sea calificada o no excluya a los lectores que no la dominan todavía. Con ese criterio…a algunos nunca les tocaría leer en un acto escolar, por ejemplo. Y para los chicos puede ser más difícil desandar el camino recorrido hasta que se convencieron de que la lectura “es para otros”, que ir construyendo su biografía lectora con la autoestima necesaria para que las dificultades de aprender a leer no agobien los deseos de leer.
En los primeros encuentros leímos textos breves: poemas, adivinanzas, trabalenguas. Para eso cada uno elegía y practicaba previamente el suyo y organizábamos la lectura en una suerte de rondas. Así, yo me fui dedicando a hilvanar lecturas y comentarios.
Porque más allá del valor que tiene en sí mismo cada texto literario, lo maravilloso es lo que sucede cuando un grupo de lectores los comparte: se van haciendo visibles las relaciones entre ellos, la “textoteca interna” de la que habla Devetach se mueve. Un texto llama a otro: Astrid lee un trabalenguas… y Rocío se acuerda de otro que ella conoce…y Yamila quiere leer el que encontró en un libro…y Sofía trata de decir el que se acuerda de memoria…y Nayel comparte el que copió en su cuaderno…y Fernando en lugar de cualquier canción, pone a los músicos de caracachumba diciendo un trabalenguas también…
Desde el principio, el folklore infantil está presente. Hablamos de “(…)todas aquellas manifestaciones literarias anónimas-de la literatura oral-que dicen los chicos o le son dichas a los chicos. Excluimos los textos narrativos: cuentos, leyendas, mitos, etc. Por lo tanto entran las adivinanzas, colmos, chistes, trabalenguas, cuentos mínimos(…)”(1).Aun cuando intentamos rondar un tema o un género determinado (por ejemplo, el terror o los cuentos clásicos), los chicos insisten con leer alguna adivinanza o trabalenguas. Respetamos entonces la fuerza de estos intereses dándoles lugar en las rondas de lectura del principio o el final del encuentro.
Volviendo al “paso a paso”, uno de los mayores logros fue leer un mismo texto de a varios. Empezamos con algunos de los cuentos de Gustavo Roldán en los que el sapo vuelve al monte chaqueño después de haber estado en Buenos Aires y cuenta a los animales lo que allí conoció. Más allá del valor literario que tienen en sí mismos esos cuentos, con el especial punto de vista del sapo hablando de la ropa, el asfalto, los códigos sociales… hay una clave: el peso de los diálogos. Aparecen muchas voces que se agolpan preguntando, respondiendo y comentando, lo que le da una dinámica muy especial. Creo que no es sencillo, o por lo menos no tendría la misma gracia, escuchar uno de estos cuentos en la voz de un único lector. Porque las marcas con las que el texto escrito nos señala que habla uno u otro personaje, las rayas de diálogo, desaparecen en la oralidad y no siempre se convierten en distintas voces bien diferenciadas. Pero si un chico lee lo que dice el piojo, otro es el ñandú, otro el sapo, otro el coatí, otro la cotorrita verde…la cosa cambia.
Y hay que verlos siguiendo la lectura con atención para decir a tiempo la línea propia!
Y percibir la tensión y la atención que se genera para ir armando ese tramado de voces, dependiendo unos de otros, esperando y habilitando al que sigue…
Es muy valioso también, el hecho de que participen chicos que están en diferentes grados de la escuela, distintas edades, distintas habilidades y trayectorias lectoras. Esto exige un trabajo importante sobre la tolerancia que unos deben tenerle a otros, cuidando la autoestima y la confianza de los que todavía no leen “de corrido”. Surgen muchas veces comentarios altaneros y ofensivos desde “los que leen bien” hacia “los que leen mal”, cuando en realidad se trata de distintas etapas en el camino del aprendizaje de la lectura, de mayor o menor dominio en el desciframiento del código, pero no necesariamente de mayor o menor entusiasmo, compromiso con la lectura, comprensión o disfrute.
Por Denilzon, que deja la radio puesta en la casa para que su mamá lo escuche mientras trabaja cosiendo.
Por Celeste, que de vez en cuando detiene su terremoto personal con tal de venir a la radio. Que de ratos intenta despegarse su etiqueta de “chica problemática” y se aprende de memoria unos versos para decir…
Por Yami, que cada dos por tres recuerda a su abuela tucumana, narradora suya desde la primera infancia, a partir de lo que leemos…
Por Nayel, que está armando su cuaderno de textos elegidos con letra enrulada y colores, que es una de las participantes más pequeñas y fervientes…
Por Cristian y Nahuel, amigos que entre las cosas que comparten está esto de leer en la radio y se ayudan mutuamente cuando las palabras se rebelan y no quieren salir…
Por Astrid, que sugiere, disfruta, prepara….y crece sin parar…
Por Sofía y su ternura…
Por Rocío y su saludo invariable, queriendo llegar con su voz hasta donde su cuerpo no llega: “un saludo para mi papá que está en el sur”…
Por todos juntos, cuando se pelean por ser el personaje del sapo, para tener más letra.
Por todos juntos cuando se desbordan de risa…
Por todos juntos cuando no para de hablar y me desesperan, porque creo que no me escuchan (aunque sí, están escuchando)…
Por todos los que todavía no participan y podrían hacerlo…


María Inés

Bienvenidos


Puertas abiertas

En este blog vas a encontrar historias, voces, imágenes y sueños de una realidad que intenta ser distinta, que se propone ser mejor, más solidaria y más justa en el alcance de las oportunidades para todos. Es el Blog del Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo. Radio Integración es su emisora radial. El RADIO es la zona... la INTEGRACIÓN es el proyecto...En ese radio nos movemos.



Gracias por la comunicación y el encuentro

Club de Jóvenes 2010 Galería fotográfica





Novedades en la Radio





Fragmentos radiales estreno Mayo / Junio:

"La Biblio y La Radio"
Cuentos y Trabalenguas.

"Viviendo el Mundial" Sudáfrica 2010.
Los Profes y los Jóvenes del CeC a tono con el inicio del sueño.

"Leyendo la vida" Edición 2010
El programa del PAEBYT

Hasta siempre y hasta pronto.

Hace ya varios años, encargué un trabajo a Las Arañitas (ni siquiera tenían ese nombre todavía). Se trataba de unas fundas para los almohadones de las sillas de casa. Hubo pasaje de medidas y elección de colores. Después de un tiempo, estuvo listo el pedido. La misma Sofía vino a traérmelo a la Biblio. Yo estaba muy contenta con poder llevarme a casa semejante artesanía. Por eso me llamó la atención que minutos después, viniera Marisa a la Biblio con una cara de preocupación que daba miedo. Como todavía no la conocía demasiado, no imaginaba lo que venía a decirme. ¿Qué podía ser tan terrible para tenerla así de procupada? Venía, de algún modo, a disculparse. Por la demora y por algunas desprolijidades en la terminación de las fundas. Por supuesto que ninguna de las dos cosas me habían preocupado a mí así pensé que no hacía falta la disculpa. Pero después, viendo crecer a Las Arañitas, entendí mejor. Es que el desafío que asumió Marisa iba más allá de enseñar las técnicas del telar. Mucho más allá: había que enseñar "a trabajar" en tanto es una actividad que exige compromiso, organización y responsabilidad colectiva y solidaria, porque Las Arañitas tenía que funcionar más que como un grupo de mujeres haciendo algo que les gusta: tenía que ser un equipo de trabajo. Y la verdad es que a trabajar también se aprende. Sobre todo cuando el trabajo sistemático, reconocido, digno, fue el gran ausente en los últimos años de esas mujeres y sus familias. Por eso creo que los que pudimos ver la trastienda de un bolsito, una chalina, un poncho elaborado por las manos de las Arañitas carrillenses, vemos mucho más que el objeto mismo, que las lanas, los hilos, los colores, la trama... vemos a un grupo de mujeres que de la mano de Marisa fueron ganando confianza en ellas mismas hasta reconocerse capaces de hacer lo que hacen. Así que, Marisa, en ellas te quedás de algún modo. Y en la pulserita que estaba haciendo José y que lo convocaba a volver al CEC para continuar su trabajo. Y en el desafío que nos queda a nosotros para seguir apuntalando y sosteniendo al grupo que no deja de necesitarte. Igual, por supuesto, tu decisión es válida y comprensible (de todos modos, vale extrañarte, no?).
Gracias a vos.
María Inés

Radio Integracion. Inicio de la temporada 2010.


En este mes de Marzo retomó las actividades el CEC Carrillo y también su emisora de frecuencia modulada, la 89.3, Radio Integración.
Acá en el blog estás escuchando dos nuevos fragmentos de lo que anduvo sonando en el mes.
María Inés y los chicos de la Biblioteca del CEC nos acercan al 24
de Marzo desde la literatura infantil.
La vuelta de Gonzalo al Barrio y al CEC, su reencuentro con la radio.
( fueron registrados en la Radio durante el martes 23 de marzo de 2010 )

La FotO del meS !!!!!!!!

Despedida del "Laucha" (Alfabetización, Educación Básica y Trabajo. PAEBYT)
Buen viaje por los nuevos caminos profe !!!!

De cómo impacta el CEC fuera del CEC

Me acuerdo de que cuando empezamos a rondar la idea de investigar qué impacto fuera del CEC tenían los trayectos que hacen los pibes participando de sus espacios y talleres, uno de los mayores desafíos que se nos planteaban era cómo “medirlos”, cómo “leerlos”, cómo “sistematizarlos”. Acordamos convencidísimos en que la existencia del CEC mejora la calidad de vida de la comunidad carrillense, en que de alguna manera, o de varias, desde el CEC se apoya a la escuela, o más bien, la escolaridad, las biografías escolares de los pibes.Pero cómo, cómo comprobarlo? ¿Qué indicadores podrían conectar “Juegoteca”-por nombrar un taller- con la escuela 19”? ¿Qué datos relacionarían el vínculo humano, el modo de relación entre los pibes y los profes del CEC con la repitencia? ¿Números tal vez? Sentimos que no alcanzan. O que no siempre se prestan para explicar la naturaleza o la profundidad de lo que hablamos.Una posibilidad entonces, es despreocuparse un poco por encajar las cosas que suceden en estadísticas y leer más las historias de vida.Por ejemplo, Facundo Areco. Podríamos decir: “su participación en el CEC hizo que hoy sea un joven trabajador”…¡Y cuánto, cuánto se pierde al nombrar semejante biografía en la simple relación “Un participante = Un trabajador”! Porque fue un camino larguísimo, de años, de ripio. Con las idas y vueltas del quilombo que otra institución no hubiera soportado (la escuela primaria común no lo pudo aguantar hasta 7° grado). Y hubo también una persona clave: Claudio, que apostó a que Facu podía zafar de un destino que lo esperaba como la boca negra y abierta de un lobo. Arriesgando una y otra vez porque una oportunidad no alcanza para aprender a asumirla. Y dos tampoco. Defendiendo lo que muchos otros veían mal… como si el pibe, por estar enredado en los problemas de la droga y sus secuaces, no se mereciera esas oportunidades.Y yo creo que justamente, el trabajo es lo que lo “salvó”. Lo que abrió una puerta y un camino. Un motivo para poner la mirada más allá del hoy y llegar a programarse un futuro. Un trabajo que todo el tiempo le estaba mostrando su capacidad y las fichas que Claudio pone en él. Después vendría de nuevo la participación en el CEC…y la radio. Y con la radio, el descubrimiento de otra música, diferente a la cumbia única de hasta entonces. Y con la radio, la toma de la palabra. Porque ahí estuvo Fernando, que apenas vio por una hendija que este pibe tenía algo para decir y quería decirlo, le fue abriendo el espacio, ampliando el espacio…hasta que él mismo pudiera proyectarlo y proyectarse en él. Y es una alegría enorme verlo junto a su hermano Gokú, creciendo junto a su hermano Gokú-al que trajo “de su mano” al CEC-, dis-fru-tan-do junto a su hermano Gokú…Sergio los encontró un día comprando plantas en un vivero. Plantas para su casa. ¡Plantas para su casa! ¿Se entiende la dimensión de esto que cuento? Plantas para la casa es pensar más allá de sobrevivir el día. No son comida, no son agua, no son ropa. Comprar plantas para la casa habla de una percepción de la vida, de determinado uso del tiempo libre, de una intención estética, de una relación con la naturaleza que excede las funciones vitales… qué se yo, lo veo como signo excelente.También el otro día mostraron algo importante. Justo en este último tiempo en que la huerta del CEC venía sufriendo “ataques”: basura, alambrado roto, plantas pisadas o arrancadas… El otro día cuando llegué a la biblio, al abrir la puerta del patio los vi levantando cada papelito que había en el pasto y en la huerta. Solos, como limpiado un lugar querido, porque ya no les da lo mismo entrar y ver la basura allí. Y díganme si no es esta una pequeña gran muestra de lo que es para ellos este espacio. Lo digo sobretodo, porque esto no pasaba en el 2000 y tampoco hubiera pasado en el 2004…pasa ahora, en el 2009. Miren si los procesos llevan tiempo! Lo que me atrevo a apostar, es que este punto en ellos ya no tiene vuelta atrás. Están parados seguros en un lugar que eligen. Y creo que hubo mucho tiempo, muchos años, en que no pudieron elegir verdaderamente. Ya sabemos, la libertad se aprende.En realidad, hoy quería contar otra cosa. Pero sólo mencionar a Facu me trajo todos estos pensamientos. Es un ejemplo feliz, entre otros que no lo son, ya lo sé.Lo que quería escribir fue lo que pude ver en Sofía Gómez estos días. Y en algo se parece a lo que dije de Facu…porque entiendo que a veces querríamos ver resultados más inmediatos o más claros del trabajo en el que ponemos cuerpo y alma. Y puede ser que mucho del impacto que nuestra tarea tiene en los pibes, no se refleje hacia adentro del mismo CEC y sí se vea de distintas maneras afuera, en otros espacios, como la escuela.La semana pasada Sofi vino a la biblio a buscar cuentos de terror. Conversando, me contó que los miércoles va a 3° grado a contarles historias a los chicos, por un acuerdo hecho entre ella y el maestro Fernando. Como el año pasado Sofi fue una de las autoras de un cuento de miedo hecho con sombras, le pregunté si no quería que un miércoles fuéramos juntas y nos entusiasmamos mutuamente con la idea. Ese día fue anteayer. Yo le había mandado una nota al maestro con la propuesta y a pesar de que no hablamos nunca personalmente, por alguna razón tuvo la confianza para decir que sí.En el recreo preparamos el aula: el plástico negro en las ventanas, las mesas corridas contra un rincón, las hojas del cuento colgadas de un piolín entre dos sillas, el libro negro y las velas.Cuando volvieron los chicos del recreo y entraron al aula, festejaron el cambio. Enseguida nos acomodamos para empezar. Varios alumnos de ese grado conocían la biblio y se los veía especialmente contentos de encontrarnos en la escuela. Sofi y yo explicamos que el cuento fue inventado por un grupo de chicos del barrio…y la atención fue creciendo cuando la luz de la vela empezó a recortar sombras en cada página. Los chicos, sin que lo hubiéramos pedido, empezaron a hacer la voz del personaje del cuento pidiendo tenebrosamente “ayuuuuda…”, participaron con el silencio y las palabras del relato. Algunos, como siempre pasa, se acercaban a mirar de cerca y tenía que pedirles que se corran. Querían ver por qué las sombras se movían, así que terminado el cuento les mostré la técnica. Mientras contaba, veía cómo el maestro también disfrutaba junto con sus alumnos. Y eso también es importante.Sofi preguntó si quería un cuento más y todos respondieron que sí. Leí El tatuaje, de De Vedia. Quedaron muy enganchados con la historia. Mientras leía, y mientras veía su caras, sus ojazos abiertos, su asombro, sus preguntas…tenía la conciencia de disfrutar enormemente esta situación de lectura.También hubo un regalo: un verso con un murciélago que hace sombras y una bruja con caldero que descubre los ingredientes de su hechizo cuando la hoja es puesta contra la luz.En un momento uno de los chicos preguntó: “¿Dónde queda la biblioteca?”. Le dije la dirección y le pregunté si sabía dónde era. Pero dijo que no. Seguramente vive de la escuela hacia Fátima. Aproveché entonces para invitar al Maestro a que vinieran de visita un día. Él le trasladó la invitación a los chicos “¿Quieren que vayamos un día todos juntos?” y un hermoso coro de “¡Siií!” coronó la fiesta.Sofi estaba muy contenta y para mí, haber compartido esta propuesta de lectura con ella fue muy importante. Ella viene a la biblio desde los 4 años. En la biblio, fue mucho tiempo oyente de cuentos leídos en voz alta, y mientras adquiría la lectoescritura, también transitó la biblio y sus libros, primero haciendo el esfuerzo de desentrañar las claves del mundo escrito…y después, siendo lectora para sus hermanos más chicos….y ahora, estábamos juntas en la escuela. Juntas. Mucho más crecidas las dos.Mientras guardaba y bajaba las escaleras, pensaba en que todo esto no es casual. Y que tiene mucho, muchísimo que ver con la participación de Sofía en el CEC. El gusto por la lectura, la soltura para contar, el cuento inventado el año pasado, la decisión de venir a buscar libros para leer en la escuela, de prenderse en la propuesta compartida… Creo que lo que pasó el miércoles es una muestra de cómo impactan de alguna manera las vivencias del CEC en algunos pibes. Y otra vez, el número sería “1”. Una alumna: Sofi. Pero Sofi no cabe en el palito del uno. Por eso hace falta decir todas estas palabras a su alrededor.Ahora una parte difícil. Marcela, su mamá, me iba a abrir la puerta. Aproveché para contarle con alegría lo que acababa de pasar.- Ahhh- me dijo en mal tono- justo iba a hablar, porque Sofi está yendo mucho a los locales…-y?-pregunté.-y…que está mucho ahí y deja otras cosas de lado…(yo estaba a la defensiva porque pensé que me iba a hablar de las responsabilidades de Sofi en la cas, porque casi siempre anda a cargo de su hermana más chiquita…sin tener demasiados espacios para participar ella sola, pero la cosa no vino por ahí)-¿Cómo qué?-Catequesis. Tendría que haber tomado la comunión, pero no…como va los sábados a la murga…Y la conversación fue para el lado de las posibilidades: que seguramente habría una forma de combinar horarios. Y para el lado de ayudar a Marcela a ver cuánto bien le hace a Sofi participar del CEC: que mirá cómo le gusta leer para los chicos….que tal vez su vocación tenga que ver con eso…qué cuánto creció como lectora…No creo que todos los “resultados” de nuestro trabajo requieran años para ser visibles ni muchos menos. Pero me impresiona enormemente ver cosas como estas, después de mucho tiempo. Y a la vez alientan para seguir intentado lo que hoy no parece tener solución, poniendo la mirada más allá del tiempo cercano.Seguramente cada profe del CEC pude dar otros ejemplos de esto que digo. Particularmente, tengo la necesidad de dejarlo escrito. Palabras escritas para la memoria del CEC.María Inés 20 de noviembre de 2009Me acuerdo de que cuando empezamos a rondar la idea de investigar qué impacto fuera del CEC tenían los trayectos que hacen los pibes participando de sus espacios y talleres, uno de los mayores desafíos que se nos planteaban era cómo “medirlos”, cómo “leerlos”, cómo “sistematizarlos”. Acordamos convencidísimos en que la existencia del CEC mejora la calidad de vida de la comunidad carrillense, en que de alguna manera, o de varias, desde el CEC se apoya a la escuela, o más bien, la escolaridad, las biografías escolares de los pibes.Pero cómo, cómo comprobarlo? ¿Qué indicadores podrían conectar “Juegoteca”-por nombrar un taller- con la escuela 19”? ¿Qué datos relacionarían el vínculo humano, el modo de relación entre los pibes y los profes del CEC con la repitencia? ¿Números tal vez? Sentimos que no alcanzan. O que no siempre se prestan para explicar la naturaleza o la profundidad de lo que hablamos.Una posibilidad entonces, es despreocuparse un poco por encajar las cosas que suceden en estadísticas y leer más las historias de vida.Por ejemplo, Facundo Areco. Podríamos decir: “su participación en el CEC hizo que hoy sea un joven trabajador”…¡Y cuánto, cuánto se pierde al nombrar semejante biografía en la simple relación “Un participante = Un trabajador”! Porque fue un camino larguísimo, de años, de ripio. Con las idas y vueltas del quilombo que otra institución no hubiera soportado (la escuela primaria común no lo pudo aguantar hasta 7° grado). Y hubo también una persona clave: Claudio, que apostó a que Facu podía zafar de un destino que lo esperaba como la boca negra y abierta de un lobo. Arriesgando una y otra vez porque una oportunidad no alcanza para aprender a asumirla. Y dos tampoco. Defendiendo lo que muchos otros veían mal… como si el pibe, por estar enredado en los problemas de la droga y sus secuaces, no se mereciera esas oportunidades.Y yo creo que justamente, el trabajo es lo que lo “salvó”. Lo que abrió una puerta y un camino. Un motivo para poner la mirada más allá del hoy y llegar a programarse un futuro. Un trabajo que todo el tiempo le estaba mostrando su capacidad y las fichas que Claudio pone en él. Después vendría de nuevo la participación en el CEC…y la radio. Y con la radio, el descubrimiento de otra música, diferente a la cumbia única de hasta entonces. Y con la radio, la toma de la palabra. Porque ahí estuvo Fernando, que apenas vio por una hendija que este pibe tenía algo para decir y quería decirlo, le fue abriendo el espacio, ampliando el espacio…hasta que él mismo pudiera proyectarlo y proyectarse en él. Y es una alegría enorme verlo junto a su hermano Gokú, creciendo junto a su hermano Gokú-al que trajo “de su mano” al CEC-, dis-fru-tan-do junto a su hermano Gokú…Sergio los encontró un día comprando plantas en un vivero. Plantas para su casa. ¡Plantas para su casa! ¿Se entiende la dimensión de esto que cuento? Plantas para la casa es pensar más allá de sobrevivir el día. No son comida, no son agua, no son ropa. Comprar plantas para la casa habla de una percepción de la vida, de determinado uso del tiempo libre, de una intención estética, de una relación con la naturaleza que excede las funciones vitales… qué se yo, lo veo como signo excelente.También el otro día mostraron algo importante. Justo en este último tiempo en que la huerta del CEC venía sufriendo “ataques”: basura, alambrado roto, plantas pisadas o arrancadas… El otro día cuando llegué a la biblio, al abrir la puerta del patio los vi levantando cada papelito que había en el pasto y en la huerta. Solos, como limpiado un lugar querido, porque ya no les da lo mismo entrar y ver la basura allí. Y díganme si no es esta una pequeña gran muestra de lo que es para ellos este espacio. Lo digo sobretodo, porque esto no pasaba en el 2000 y tampoco hubiera pasado en el 2004…pasa ahora, en el 2009. Miren si los procesos llevan tiempo! Lo que me atrevo a apostar, es que este punto en ellos ya no tiene vuelta atrás. Están parados seguros en un lugar que eligen. Y creo que hubo mucho tiempo, muchos años, en que no pudieron elegir verdaderamente. Ya sabemos, la libertad se aprende.En realidad, hoy quería contar otra cosa. Pero sólo mencionar a Facu me trajo todos estos pensamientos. Es un ejemplo feliz, entre otros que no lo son, ya lo sé.Lo que quería escribir fue lo que pude ver en Sofía Gómez estos días. Y en algo se parece a lo que dije de Facu…porque entiendo que a veces querríamos ver resultados más inmediatos o más claros del trabajo en el que ponemos cuerpo y alma. Y puede ser que mucho del impacto que nuestra tarea tiene en los pibes, no se refleje hacia adentro del mismo CEC y sí se vea de distintas maneras afuera, en otros espacios, como la escuela.La semana pasada Sofi vino a la biblio a buscar cuentos de terror. Conversando, me contó que los miércoles va a 3° grado a contarles historias a los chicos, por un acuerdo hecho entre ella y el maestro Fernando. Como el año pasado Sofi fue una de las autoras de un cuento de miedo hecho con sombras, le pregunté si no quería que un miércoles fuéramos juntas y nos entusiasmamos mutuamente con la idea. Ese día fue anteayer. Yo le había mandado una nota al maestro con la propuesta y a pesar de que no hablamos nunca personalmente, por alguna razón tuvo la confianza para decir que sí.En el recreo preparamos el aula: el plástico negro en las ventanas, las mesas corridas contra un rincón, las hojas del cuento colgadas de un piolín entre dos sillas, el libro negro y las velas.Cuando volvieron los chicos del recreo y entraron al aula, festejaron el cambio. Enseguida nos acomodamos para empezar. Varios alumnos de ese grado conocían la biblio y se los veía especialmente contentos de encontrarnos en la escuela. Sofi y yo explicamos que el cuento fue inventado por un grupo de chicos del barrio…y la atención fue creciendo cuando la luz de la vela empezó a recortar sombras en cada página. Los chicos, sin que lo hubiéramos pedido, empezaron a hacer la voz del personaje del cuento pidiendo tenebrosamente “ayuuuuda…”, participaron con el silencio y las palabras del relato. Algunos, como siempre pasa, se acercaban a mirar de cerca y tenía que pedirles que se corran. Querían ver por qué las sombras se movían, así que terminado el cuento les mostré la técnica. Mientras contaba, veía cómo el maestro también disfrutaba junto con sus alumnos. Y eso también es importante.Sofi preguntó si quería un cuento más y todos respondieron que sí. Leí El tatuaje, de De Vedia. Quedaron muy enganchados con la historia. Mientras leía, y mientras veía su caras, sus ojazos abiertos, su asombro, sus preguntas…tenía la conciencia de disfrutar enormemente esta situación de lectura.También hubo un regalo: un verso con un murciélago que hace sombras y una bruja con caldero que descubre los ingredientes de su hechizo cuando la hoja es puesta contra la luz.En un momento uno de los chicos preguntó: “¿Dónde queda la biblioteca?”. Le dije la dirección y le pregunté si sabía dónde era. Pero dijo que no. Seguramente vive de la escuela hacia Fátima. Aproveché entonces para invitar al Maestro a que vinieran de visita un día. Él le trasladó la invitación a los chicos “¿Quieren que vayamos un día todos juntos?” y un hermoso coro de “¡Siií!” coronó la fiesta.Sofi estaba muy contenta y para mí, haber compartido esta propuesta de lectura con ella fue muy importante. Ella viene a la biblio desde los 4 años. En la biblio, fue mucho tiempo oyente de cuentos leídos en voz alta, y mientras adquiría la lectoescritura, también transitó la biblio y sus libros, primero haciendo el esfuerzo de desentrañar las claves del mundo escrito…y después, siendo lectora para sus hermanos más chicos….y ahora, estábamos juntas en la escuela. Juntas. Mucho más crecidas las dos.Mientras guardaba y bajaba las escaleras, pensaba en que todo esto no es casual. Y que tiene mucho, muchísimo que ver con la participación de Sofía en el CEC. El gusto por la lectura, la soltura para contar, el cuento inventado el año pasado, la decisión de venir a buscar libros para leer en la escuela, de prenderse en la propuesta compartida… Creo que lo que pasó el miércoles es una muestra de cómo impactan de alguna manera las vivencias del CEC en algunos pibes. Y otra vez, el número sería “1”. Una alumna: Sofi. Pero Sofi no cabe en el palito del uno. Por eso hace falta decir todas estas palabras a su alrededor.Ahora una parte difícil. Marcela, su mamá, me iba a abrir la puerta. Aproveché para contarle con alegría lo que acababa de pasar.- Ahhh- me dijo en mal tono- justo iba a hablar, porque Sofi está yendo mucho a los locales…-y?-pregunté.-y…que está mucho ahí y deja otras cosas de lado…(yo estaba a la defensiva porque pensé que me iba a hablar de las responsabilidades de Sofi en la cas, porque casi siempre anda a cargo de su hermana más chiquita…sin tener demasiados espacios para participar ella sola, pero la cosa no vino por ahí)-¿Cómo qué?-Catequesis. Tendría que haber tomado la comunión, pero no…como va los sábados a la murga…Y la conversación fue para el lado de las posibilidades: que seguramente habría una forma de combinar horarios. Y para el lado de ayudar a Marcela a ver cuánto bien le hace a Sofi participar del CEC: que mirá cómo le gusta leer para los chicos….que tal vez su vocación tenga que ver con eso…qué cuánto creció como lectora…No creo que todos los “resultados” de nuestro trabajo requieran años para ser visibles ni muchos menos. Pero me impresiona enormemente ver cosas como estas, después de mucho tiempo. Y a la vez alientan para seguir intentado lo que hoy no parece tener solución, poniendo la mirada más allá del tiempo cercano.Seguramente cada profe del CEC pude dar otros ejemplos de esto que digo. Particularmente, tengo la necesidad de dejarlo escrito. Palabras escritas para la memoria del CEC.María Inés 20 de noviembre de 2009