Nuevos micros radiales

Estás escuchando Radio Integracion 89.3 mhz desde el Barrio Ramón Carrillo, Villa Soldati.

Gonzalo "Alrededor del mundo"

"Sudestada de Risas" y su Programa de Educación ambiental

"Mirando hacia el futuro", el programa del Cesac 24 en su versión 2010.

"Los Hermanos en invierno", de visita por la radio.

Para escuchar y compartir...
En breve habrá más estrenos

Lo que no se ve por la radio.


“Un saludo para mi papá que está en el sur…” (Rocío, cada martes)

Desde que contamos con la radio en el CEC, hubo muchas invitaciones a participar desde la biblioteca en ese espacio. Pero por distintas razones, hasta este año nunca había asumido personalmente esa invitación.
Si uno lo piensa apurado, pareciera sencillo: “no cuesta nada, agarrás un libro, vas y leés”. Pareciera simple: chicos que quieran leer, libros y espacio radial. Pero esos son los “ingredientes” nada más…y una torta no es harina, huevos y azúcar. De nada sirven esos ingredientes si no se cocinan, no?
Tal vez por eso todavía no me había sumado a la propuesta de la radio. Por andar en otro montón de cosas, sin haber hecho pata ancha antes de subir la escalerita hacia el estudio, para abrir una ventana de literatura en el aire de FM Integración.
Así que este año, tomamos envión antes de que la marea suba, antes de llenarnos de otras actividades y proyectos y empezamos a participar en un espacio radial pensado desde la biblio.
El primer paso fue leer algunos de los textos de literatura infantil prohibidos por la última dictadura, en ocasión del Día de la Memoria. A la distancia, reconozco que aquella vez estuvo demasiado centrada en mi propia lectura, con apenas algunos comentarios de los chicos. Pero sin duda, fue el botón de muestra de lo que podía venir y dejó entusiasmados a varios chicos con la idea de poder leer en la radio.
Enseguida pusimos el acento en la regularidad de la participación, definiendo que los martes a las 13:30 nos encontraríamos allí. Y esto no significa privilegiar la forma sobre el contenido o la estructura sobre la sustancia. Sino que entendemos que para promover la participación de los chicos también hacen falta ciertas convenciones sostenidas. No es lo mismo saber que los martes a las 13:30 los esperamos, que andar persiguiendo días y horarios azarosos que más bien llevan al desencuentro y desalientan.
Otra cuestión convenida fue el modo de participación: para leer en la radio hay que haber preparado antes la lectura. Y no se trata de un capricho o una exigencia sin sentido. Todo lo contrario: justamente “tiene sentido” practicar lo que se va a leer para otros, para ganar confianza, soltura, y hacerlo entendible. ¿Qué ocasión más genuina, que practicar la lectura en voz alta para leer en la radio? Sin duda resulta más estimulante que leer en voz alta únicamente para ser evaluado en la escuela. Muchas veces, esas prácticas tienen más de autómatas que de significativas. Encima, si a uno le cuesta leer bien en voz alta, la situación de lectura se sufre, disgusta, preocupa, alimenta la sensación de no saber o no querer leer.
Por eso puede ser tan valioso habilitar otras situaciones donde la lectura en voz alta sea un desafío, implique un esfuerzo, pero que a la vez no sea calificada o no excluya a los lectores que no la dominan todavía. Con ese criterio…a algunos nunca les tocaría leer en un acto escolar, por ejemplo. Y para los chicos puede ser más difícil desandar el camino recorrido hasta que se convencieron de que la lectura “es para otros”, que ir construyendo su biografía lectora con la autoestima necesaria para que las dificultades de aprender a leer no agobien los deseos de leer.
En los primeros encuentros leímos textos breves: poemas, adivinanzas, trabalenguas. Para eso cada uno elegía y practicaba previamente el suyo y organizábamos la lectura en una suerte de rondas. Así, yo me fui dedicando a hilvanar lecturas y comentarios.
Porque más allá del valor que tiene en sí mismo cada texto literario, lo maravilloso es lo que sucede cuando un grupo de lectores los comparte: se van haciendo visibles las relaciones entre ellos, la “textoteca interna” de la que habla Devetach se mueve. Un texto llama a otro: Astrid lee un trabalenguas… y Rocío se acuerda de otro que ella conoce…y Yamila quiere leer el que encontró en un libro…y Sofía trata de decir el que se acuerda de memoria…y Nayel comparte el que copió en su cuaderno…y Fernando en lugar de cualquier canción, pone a los músicos de caracachumba diciendo un trabalenguas también…
Desde el principio, el folklore infantil está presente. Hablamos de “(…)todas aquellas manifestaciones literarias anónimas-de la literatura oral-que dicen los chicos o le son dichas a los chicos. Excluimos los textos narrativos: cuentos, leyendas, mitos, etc. Por lo tanto entran las adivinanzas, colmos, chistes, trabalenguas, cuentos mínimos(…)”(1).Aun cuando intentamos rondar un tema o un género determinado (por ejemplo, el terror o los cuentos clásicos), los chicos insisten con leer alguna adivinanza o trabalenguas. Respetamos entonces la fuerza de estos intereses dándoles lugar en las rondas de lectura del principio o el final del encuentro.
Volviendo al “paso a paso”, uno de los mayores logros fue leer un mismo texto de a varios. Empezamos con algunos de los cuentos de Gustavo Roldán en los que el sapo vuelve al monte chaqueño después de haber estado en Buenos Aires y cuenta a los animales lo que allí conoció. Más allá del valor literario que tienen en sí mismos esos cuentos, con el especial punto de vista del sapo hablando de la ropa, el asfalto, los códigos sociales… hay una clave: el peso de los diálogos. Aparecen muchas voces que se agolpan preguntando, respondiendo y comentando, lo que le da una dinámica muy especial. Creo que no es sencillo, o por lo menos no tendría la misma gracia, escuchar uno de estos cuentos en la voz de un único lector. Porque las marcas con las que el texto escrito nos señala que habla uno u otro personaje, las rayas de diálogo, desaparecen en la oralidad y no siempre se convierten en distintas voces bien diferenciadas. Pero si un chico lee lo que dice el piojo, otro es el ñandú, otro el sapo, otro el coatí, otro la cotorrita verde…la cosa cambia.
Y hay que verlos siguiendo la lectura con atención para decir a tiempo la línea propia!
Y percibir la tensión y la atención que se genera para ir armando ese tramado de voces, dependiendo unos de otros, esperando y habilitando al que sigue…
Es muy valioso también, el hecho de que participen chicos que están en diferentes grados de la escuela, distintas edades, distintas habilidades y trayectorias lectoras. Esto exige un trabajo importante sobre la tolerancia que unos deben tenerle a otros, cuidando la autoestima y la confianza de los que todavía no leen “de corrido”. Surgen muchas veces comentarios altaneros y ofensivos desde “los que leen bien” hacia “los que leen mal”, cuando en realidad se trata de distintas etapas en el camino del aprendizaje de la lectura, de mayor o menor dominio en el desciframiento del código, pero no necesariamente de mayor o menor entusiasmo, compromiso con la lectura, comprensión o disfrute.
Por Denilzon, que deja la radio puesta en la casa para que su mamá lo escuche mientras trabaja cosiendo.
Por Celeste, que de vez en cuando detiene su terremoto personal con tal de venir a la radio. Que de ratos intenta despegarse su etiqueta de “chica problemática” y se aprende de memoria unos versos para decir…
Por Yami, que cada dos por tres recuerda a su abuela tucumana, narradora suya desde la primera infancia, a partir de lo que leemos…
Por Nayel, que está armando su cuaderno de textos elegidos con letra enrulada y colores, que es una de las participantes más pequeñas y fervientes…
Por Cristian y Nahuel, amigos que entre las cosas que comparten está esto de leer en la radio y se ayudan mutuamente cuando las palabras se rebelan y no quieren salir…
Por Astrid, que sugiere, disfruta, prepara….y crece sin parar…
Por Sofía y su ternura…
Por Rocío y su saludo invariable, queriendo llegar con su voz hasta donde su cuerpo no llega: “un saludo para mi papá que está en el sur”…
Por todos juntos, cuando se pelean por ser el personaje del sapo, para tener más letra.
Por todos juntos cuando se desbordan de risa…
Por todos juntos cuando no para de hablar y me desesperan, porque creo que no me escuchan (aunque sí, están escuchando)…
Por todos los que todavía no participan y podrían hacerlo…


María Inés